Han venido a coincidir dos entrevistas con otras tantas consejeras de Sanidad en las que el tema principal destacado por los medios ha sido el capítulo de personal. Se diría que los máximos responsables sanitarios pueden y deben hablar de muchas cosas antes que de Recursos Humanos: financiación, farmacia, planificación, gestión de los hospitales, salud pública, hasta promoción y educación de la salud, si se tercia. Pero lo cierto es que los políticos parecen muy preocupados por los profesionales y, por lo menos en sus declaraciones públicas, lo demuestran.
Redacción Médica entrevista a la consejera de Baleares, Patricia Gómez Picard. Y titula: “Haremos contratos más largos para que los médicos vengan a Baleares”. Lo que da una idea del problema de la insularidad y de cómo se está intentando reducir su alcance, mediante mejoras en la contratación, impulsando las interinidades y ofreciendo una mayor estabilidad.
“Qué mayor dispersión geográfica que tener el mar de por medio”, explica gráficamente Gómez Picard, convencida de que la Administración tiene que hacer un esfuerzo adicional por acercar los servicios sanitarios a la población y eso solo se puede hacer con mayor disponibilidad de recursos humanos. Y es precisamente la falta de profesionales una de las grandes preocupaciones de la consejera que, en su condición de enfermera, tiene un conocimiento exacto de la situación. En Baleares, sobre todo, necesitan pediatras, anestesistas, radiólogos, digestólogos y médicos de familia y así se lo ha transmitido la consejera a la Organización Médica Colegial, por si pueden echar una mano.
Para Gaceta Médica, la protagonista es la consejera murciana, Encarna Guillén, también profesional sanitaria, en este caso médico. “Hemos apostado por OPEs periódicas que disminuirán la ratio en un 11%”, titula el semanario, con no demasiada fortuna en cuanto a la comprensión inmediata de la frase, pero sí dando a entender que una de las primeras preocupaciones de la consejera es la temporalidad laboral de la plantilla del Servicio Murciano de Salud.
En efecto, las ofertas públicas de empleo disminuirían el porcentaje de interinos y la eliminación de la tasa de reposición permitiría incrementar las plantillas y recuperar niveles de ocupación vistos anteriormente, pero desaparecidos bruscamente como uno de los efectos más evidentes de la crisis.
La consejera Guillén incluso se atreve a manifestarse públicamente a favor de una OPE extraordinaria: “Puede ser una de las soluciones”. Con todo, no se olvida de defender la convocatoria de ofertas periódicas, que son las que permiten dar estabilidad y continuidad al sistema en su conjunto.
También habla a fondo de carrera profesional, de formación sanitaria especializada, de troncalidad, de temas en suma directamente ligados con los recursos humanos, que dejan clara la voluntad política, sea el signo que sea, de volver sobre las realidades de los profesionales, que han sido de los más damnificados por los recortes y los ajustes obligados.
Otros asuntos sanitarios, que se han llevado en ocasiones la atención de los consejeros, ceden espacio en esta ocasión, y de manera casualmente coincidente, a un tema aparentemente más propio de organismos provisores y de directores generales que, sin embargo, y en este momento, están mereciendo el interés preferente de las consejeras que, más que de Salud o de Sanidad, lo parecen ser de Recursos Humanos.