EL ALCANCE DE LAS SUSPENSIONES QUIRÚRGICAS

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Especialistas en cirugía mayor ambulatoria, más cerca del domicilio que del hospital. (I. S.)

No solo las listas de espera son motivo más que suficiente para echarse las manos a la cabeza por el funcionamiento de la sanidad pública. Las suspensiones quirúrgicas, cuyo alcance real se desconoce, pero su existencia está más que comprobada, son otro pozo sin aparente fondo. Las cirugías se cancelan por múltiples motivos, pero todos conducen a una paralización de los quirófanos y a un aumento del gasto sanitario, amén de un dramático descenso de la eficiencia. Esta ha sido una de las quejas planteadas por especialistas reunidos en torno al futuro de la cirugía mayor ambulatoria, una técnica ya consolidada en España, pero de manera desigual y sin suficiente acreditación de unidades ni incentivos para profesionales.

La reunión, organizada en Madrid por la Asociación Española de Cirugía Mayor Ambulatoria (Asecma), ha acogido un encuentro con periodistas en el que Fernando Docobo, especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, ha cifrado en un 20% el alcance de las suspensiones en cirugía programada, un dato sencillamente demoledor respecto a la actividad necesaria que se espera de los quirófanos públicos. A renglón seguido de esta declaración, y ante la perplejidad de los informadores, José Luis Porrero, presidente del comité organizador del congreso y jefe de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Santa Cristina, de Madrid, ha dado una cifra mucho más baja, referida a su hospital, que no llegaría al 5% de cancelaciones. En cualquier caso, no le ha restado ni un ápice de gravedad a una situación que debería ser gestionada de otra manera. En muchas ocasiones, la suspensión se produce por una aparente y sistemática causa: el paciente. No tomar adecuadamente la medicación, no encontrarse bien, olvidos, retrasos o desconocimientos se encuentran detrás de esta práctica inevitable, ante la que los servicios de salud deben buscar soluciones, y no solamente culpables.

La enfermería puede jugar un papel muy importante en la reducción de suspensiones, garantizando que el paciente esté en condiciones de operarse. “Es fundamental que las enfermeras sean expertas, para trabajar con calidad y seguridad. Somos las que decidimos cuándo un enfermo pasa de la zona de recuperación inmediata a la de adaptación al medio y de ahí, cuando cumple criterios, dado de alta a su domicilio. Tenemos que estar muy formadas para no retrasar el proceso”, comenta Mª Teresa Valle, enfermera del Hospital Gregorio Marañón.

Quizá las suspensiones son uno de los obstáculos que impide una mayor penetración de la CMA en las dinámicas asistenciales de hospitales y servicios de salud. Esta práctica mejora la calidad, la eficiencia y la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud gracias a la ausencia de ingreso hospitalario, y las administraciones sanitarias, con el Ministerio a la cabeza, deberían apostar en firme por un sistema armonizado de acreditación de unidades para todas las comunidades autónomas, así como una fórmula de incentivos para los profesionales sanitarios. “Puede haber unas 400 unidades, pero como no hay un control de calidad común y unos criterios claros definidos, existe una gran heterogeneidad, porque no todo lo que se denomina CMA lo es”, sostiene Luis Antonio Hidalgo, presidente de Asecma.

Otra de las peticiones de los profesionales es que la CMA alcance a más procedimientos quirúrgicos, para dejar las camas hospitalarias a operaciones de gran complejidad. También es de gran importancia que la CMA tenga una mayor presencia en los planes de estudio. “Los residentes tienen que aprender a hacerla porque es el futuro y actualmente es un contenido poco tratado, en algunos hospitales hay rotaciones por las unidades pero todavía es algo anecdótico”, explica Matilde Zaballos, anestesióloga del Gregorio Marañón. Y finalmente, los médicos de atención primaria, que también pueden jugar una labor fundamental en el postoperatorio, sin olvida la implantación de nuevas tecnologías para seguimiento del paciente.

LA CMA sigue apuntando hacia un nuevo sistema sanitario en el que los domicilios ganan terreno al hospital… con permiso de las suspensiones quirúrgicas.

 

 

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